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Via libre

Via libre

Las barreras son para que no pasen los autos cuando viene el tren. El problema que siempre vi es que la gente que viene en bicicleta, en motoneta o de a pie, no las respeta y agarra y se agacha y pasa igual, aunque el tren esté cerca, igual se mandan, no les importa y eso es un peligro.

En la Estación hay dos ruedas grandes de fierro que están puesta en otro fierro en forma de A mayúscula, las ruedas tienen una manija y esa manija tiene un mango con un caño que baila en el mango, agarrando ese caño uno las puede hacer girar con una sola mano y así le puede dar vueltas más rápido y entonces agarra velocidad. Esas ruedas tienen una polea que tira un cable larguísimo que llega hasta las barreras, allí, debajo de las barreras hay otra polea que engancha el cable con una cadena y con la parte de atrás de la barrera, que tiene una caja llena de hormigón, ese es el contrapeso que permite subir y bajar las barreras, claro se precisa mucha fuerza para hacer girar la manija en la Estación. Yo lo intenté varias veces ya que me parecía muy fácil, hasta llegaba a colgarme con las 2 manos del caño pero era inútil, no la podía mover más de 2 o 3 centímetros.

El Guarda Barrera de la Estación si que podía, él agarraba la rueda por el mango le empezaba a dar bien rápido y después la rueda giraba sola hasta que la barrera se bajaba por completo y golpeaba contra un fierro parado en forma de Y al que le habían puesto una cubierta vieja de auto, así, como golpeaba siempre, la barrera no se rompía.

Para subirla, el Guarda Barrera tenía que hacer un poco de fuerza al principio, se apoyaba con las 2 piernas bien abiertas y con las 2 manos le daba 3 o 4 vueltas a la rueda, después con la ayuda del contrapeso la barrera casi como que se levantaba sola, claro que para que estas máquinas funcionaran bien había que engrasarlas todas las semanas.

Me aprendí de memoria la bajada de barreras. Cada vez que iba a pasar el tren el Guarda Barreras ya sabía, le avisaban por el telégrafo a mi padre y el viejo le daba la orden al Guarda Barreras.

También uno se daba cuenta de que venía el tren porque las enormes jirafas que estaban en la otra punta de las vías empezaban a cabecear, al principio estaban las dos cabezas de las jirafas mirando para abajo y cuando estaba por pasar el tren levantaba la que tenía la cabeza verde, la otra, la roja, quedaba de cabeza gacha. Después que pasaba el tren se cambiaban, se agachaba la verde y se levantaba la roja. La primera vez que las vi hacer ese juego me pregunté como lo hacían, pensaba que había un hombre que las manejaba desde arriba y como estaba lejos no lo llegaba a ver porque se veía muy chiquito, pero no funcionaban así, no señor. Esa era la tarea del Guarda Señal de las vías, este hombre también sabía cuando venía el tren entonces con otras manijas y ruedas similares a las de las barreras las hacía cabecear.

Esto me costó aprenderlo porque estaban lejos de la estación. Una vez le pedí a mi padre que me llevara a la Estación de noche, no me podía imaginar como hacían los maquinistas para ver las jirafas en lo oscuro, pero en seguida me di cuenta, estaban geniales. De noche les prendían un farol a keroseno en cada cabeza. Las cabezas eran huecas, como me decía el viejo que era la mía (nunca supe porqué lo decía), y a cada lado tenían vidrios pintados una de rojo y la otra de verde, entonces a la nochecita el Guarda Señal prendía los faroles y ya estaba pronto.

Muchas veces mi padre se asomaba al andén de la Estación y se fijaba si la jirafa verde estaba arriba y las barreras bajas, entonces decía en voz alta ..”vía libre”...

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