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Cuadros de la Rayuela

Cuadros de la Rayuela

La figura se distinguía apenas garabateada en el piso de baldosas grises, Sofía tomo un pedazo de ladrillo y con ello intentó repasar las primeras líneas sin pisar las casillas, hasta la Nº 3. Pobre Sofi, con sus bracitos cortos no alcanzaba.

Nicolás la miraba de lejos, siempre pensando en que era un juego de niñas. De cualquier manera la podía ayudar, se acercó tímidamente y tomo otro trozo de ladrillo llegó hasta las casillas 7, 8 y al medio círculo de arriba, llego hasta el cielo, quedó entonces la rayuela toda bien marcada de nuevo.

 

La espera parece infinita. A través del enorme ventanal se ve la pista de Ezeiza, los enorme aviones se mueven a tiro de una tractor, sobre curiosos dibujos en el hormigón, hombres con grandes orejeras de color amarillo y con sacos también amarillos se mueven como autómatas. Todos los movimientos parecen articulados por un gran titiritero.

.......”rogamos a los señores pasajeros tengan a bien resguardar su equipaje y.......”...... continuamente el mensaje grabado recordándonos el 11S. Es curioso, como funcionan los pensamientos, como asociamos la idea de un bolso sin dueño a una posible bomba, aunque el mensaje no dice claramente ¡¡ ojo ¡! Si ven un bolso sin una persona de la mano avisen a seguridad.

Es que los bolsos están concebidos para contener parte de uno, de ese que lo lleva en mano y obviamente las bombas no son parte de nadie, son justamente la negación de alguien.

Nicolás se quedo sentado en el cordón de la vereda viendo el aleteo al vuelo de las trenzas de Sofi con cada salto. Tiraba la pequeña piedra dentro de la figura geométrica y saltaba, primero con uno, luego con los 2 pies, ahora media vuelta y de nuevo al comienzo, hasta salir luego por el cielo.Sofía siempre juega sola, Nico la sigue con la mirada como única compañía, como su única forma de tocarla, de acariciarla, pero casi nunca hablan, más allá de unos ..¡Hola que tal!.. no se cruzan. Es la única niña de la cuadra que juega sola y Nico el único destinatario de sus holas y hastaluegos. 

Uf!!!, al final parece que el silencio le gana a la grabación. En la zona de puerta de embarque 3 solo sobresalen los televisores con el Discovery, el apareamiento de las ranas parece merecer la audiencia de innumerables sillones vacíos, y de mi. Me paro para estirar las piernas mientras la enorme rana muestra un también enorme buche rosado, a quien le importarán las ranas, al menos en este enorme salón 3, ante la falta del avión en el embarque, a nadie más que a mi, que intento mirar por enésima vez el teatrillo del titiritero. Camino hacia el ventanal y casi me puedo topar con la nariz de un 767-300 al que le han destripado las entrañas, giro y en ese momento me doy cuenta que no estoy solo en las fauces del 3.... 

Las demás niñas de la cuadra  dicen que Sofía es rara porque casi no les habla pero nunca la invitaron de verdad a participar de sus juegos con el elástico ese donde cruzan los pies, ni a la mancha, ni a la escondida. Sofía atinó una vez a invitar a ese niño, casi huraño, del cual solo conocía sus ojos atentos y chispiantes, y su solidaridad para llegar al cielo. Fue su solidaridad la que le hizo merecedor de tamaña confianza de la niña cuando le mostró unos embarrados autitos amarillos de rally a la vez que le tendía la otra mano para llevarlo al patio del fondo, al lado de una vieja higuera.  Solidaridad que necesitaba la complicidad en el silencio, ese era un juego secreto que por primera vez a Nico le pareció cercano a lo prohibido, como el cielo para Sofi, eran el barro y los autitos para Nico.

 ...no, no estaba solo, solo que no la había visto porque estaba acurrucada sobre 3 butacas juntas de espera, las que había tomado por cama circunstancial. Fue también circunstancial que la viera así en posición fetal con las dos manos contenidas entre sus rodillas. Era hermosa dormida. Su cabello caía muy suave sobre su cara cansada, dejaba ver indicios de su rostro, algunas pecas, la comisura de sus labios. Asistía solo yo a este unipersonal de la belleza en las fauces del 3. Opté por moverme suavemente, como otro actor del teatrillo al que jalan los hilos de uno en vez, hasta llegar a la butaca más alejada que tenía enfrente a tal, hermosa criatura.Faltaban muchas horas para mi vuelo y me disponía a presenciar la mejor escena que me brindaba el teatro de un aeropuerto con gentes de todas las nacionalidades y ningún tiempo. Yo acababa de conseguir la justificación de mi espera. 

Sofi no quería compartir con las otras niñas el desafío del barro con un niño y Nicolás asintió, en ese momento se sintió parte de un juego especial, compartido esta vez con una niña, simultáneas sonrisas dibujaron cual espejos.

El tiempo transcurrió sin fin, ensueño. Afuera el gris es lo que reina, sobresalen los dibujos de los casilleros y adentro la paz es la ciencia de mi admiración. El pesado sueño parece también ganarme el tiempo, esta mujer quiere llevarme consigo, sin siquiera abrir los ojos, me invita a estar asidos, a través del gran 3, con un sueño compartido, como un juego de niños.

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